Los medios de pago electrónicos son clave en el crecimiento de la inclusión financiera

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Los medios de pago electrónicos son clave en el crecimiento de la inclusión financiera

Compartimos 8 puntos que destacamos del Informe de Inclusión Financiera (IIF) del BCRA, orientado a comunicar la situación de la inclusión financiera en Argentina y las medidas adoptadas.

1) La cobertura de cuentas bancarias alcanzó al 91% de población adulta: Más de 31 millones de personas poseían al menos una cuenta bancaria a fines del 2020. La apertura récord de más de 5 millones de cuentas bancarias durante el segundo trimestre de 2020 implicó que 3 millones de nuevas personas pudieran acceder a este instrumento.

Además, resulta notable el desempeño de la tenencia de cuentas ofrecidas por los proveedores de servicios de pago (PSP) (“cuentas no bancarias”), con cifras que pasaron del 3% de la población adulta en marzo de 2019 al 24% en diciembre de 2020 (más de 8 millones de personas).

La posesión conjunta de al menos una cuenta bancaria y una no bancaria ha evolucionado a la par del desempeño de la tenencia de cuentas no bancarias, ilustrando que las personas bancarizadas son las que en su mayoría han optado por sumar este tipo de cuenta. Apenas un 2% de la población adulta, unas 800.000 personas, poseía únicamente cuentas no bancarias a fines del 2020, de las cuales el 60% se encontraba entre 15 y 24 años. Por lo tanto, este instrumento se trataría de un complemento para el acceso y uso de determinados servicios financieros y de pago.

2) Crecimiento de los pagos electrónicos: Las transferencias electrónicas por adulto incrementaron su volumen un 90% en 2020, a través de la mayor canalización de operaciones por home banking (86%) y mobile banking (167%), mientras que los pagos remotos con tarjetas de débito crecieron un 227% en el mismo periodo, ampliando su participación en 15 p.p. en el total de los pagos con dicho instrumento. Así, en el año 2020, por cada 100 extracciones de efectivo por adulto, se efectuaron más del doble de operaciones por medios de pago electrónicos, (222, un 19% más que en 2019), las cuales se descomponen en 110 con tarjeta de débito, 77 con tarjeta de crédito, 28 transferencias electrónicas y 7 con tarjetas prepagas.

3) Pagos de bienes y servicios con tarjetas. Los pagos con tarjetas de débito por adulto continúan consolidándose como el medio electrónico más elegido para realizar pagos minoristas. Cinco de cada 10 operaciones de pago por medios electrónicos se han realizado mediante este instrumento en los últimos 12 meses, el equivalente a 3 transacciones por mes por adulto.

Los pagos remotos con tarjetas de débito registraron una tasa de crecimiento mensual promedio durante la pandemia de casi 3 veces la obtenida por las operaciones efectuadas de manera presencial vía POS, tanto en monto (20%) como en cantidad (14%). Esta aceleración en el alza de los pagos remotos con tarjetas de débito derivó en una suba de más de 10 p.p. en su participación en el total de pagos con dicho instrumento, entre marzo y diciembre de 2020.

4) Transferencias electrónicas. Debido a su desempeño extraordinario, las transferencias electrónicas se posicionaron como el medio de pago electrónico (MPE) más destacado en el año 2020, registrando las tasas de variación más elevadas de los últimos años, tanto en monto –en términos reales- como en cantidad. En el año 2017, por cada 10 adultos se realizaban, en promedio, 2 transferencias electrónicas mensuales, mientras que en el 2020 se efectuaron 8.

Mobile banking fue el canal que más se destacó, registrando crecimientos de 167% en cantidad y 114% en monto a precios constantes. Por ende, logró posicionarse como la segunda modalidad más utilizada para transferencias, por detrás de home banking

En el año 2020, la población adulta realizó más del doble de operaciones por medios electrónicos de pago que extracciones de efectivo. Esta relación creció un 19% respecto al 2019 y se encuentra por encima de los valores registrados en el último período. Esta dinámica está explicada por el crecimiento de las operaciones con tarjeta de débito y las transferencias electrónicas.

 

5) Para facilitar el uso de los cajeros automáticos, se estableció que deben contar con lectores de huellas digitales para que las personas usuarias puedan optar por validar su identidad con este dato biométrico

6) Conectividad: Si bien los servicios financieros digitales tienen un gran potencial de aumentar el nivel de inclusión financiera de la población, el acceso a los canales electrónicos está condicionado por distintos factores, relacionados tanto a la tenencia de dispositivos electrónicos (computadoras, tablets o celulares) y la disponibilidad de conectividad a internet, como a las capacidades de la población de hacer uso de estos dispositivos. En este sentido, se determinó que el 80% de las localidades del país reportan algún tipo de conectividad a internet (fija, móvil o ambas), en las cuales habita el 97% de la población. De esta forma, queda en evidencia que un 3% de la población adulta de nuestro país reside en localidades para las que no se reporta ningún tipo de conexión (fija o móvil) a Internet.

7) Grupo etario. El análisis etario ilustra un perfil disímil entre las personas tenedoras de cuentas bancarias y de cuentas no bancarias. A medida que avanza la edad, la tenencia de cuentas se acerca a una cobertura completa. Ello podría estar explicado, una vez más, por la configuración de las cuentas bancarias perceptoras de ingresos -sueldos, jubilaciones, pensiones y programas sociales-, que cubren una porción significativa de personas de todos los grupos etarios. Por otro lado, la bancarización inducida por la pandemia tuvo su mayor impacto en el grupo etario de 15 a 29 años, donde la proporción de la población con cuenta bancaria tuvo un aumento destacado de 14 p.p., pasando de 57% a 71%.

En cambio, los tenedores de cuentas no bancarias se concentran en las generaciones más jóvenes. El rango de 15 a 29 años alcanzó el valor máximo respecto a su población (32%) en diciembre de 2020; mientras que apenas un 4% de las personas en edades más avanzadas (más de 65 años) poseía una cuenta no bancaria.

8)  Evolución de los índices de inclusión financiera:  El notable aumento en el índice de uso en el periodo analizado se explica por la progresiva utilización de los medios electrónicos de pago.

Cabe destacar que las transferencias electrónicas por adulto quintuplicaron su valor entre enero 2016 y diciembre 2020. Por su parte, los pagos con tarjeta de débito63 y los débitos relativos a la población se incrementaron en 97% y 99%, respectivamente. La mayor adopción de los medios electrónicos de pago estuvo impulsada por innovaciones regulatorias que buscaron ampliar el universo de oferentes, reducir las tasas de intercambio y sumar alternativas de pago, con operaciones más seguras y rápidas en un marco de incorporación de la tecnología.

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